lunes, 15 de julio de 2013

WERNER BISCHOF: UN MAESTRO DE LA FOTOGRAFÍA CUYA OBRA SIGUE MUY VIVA

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El 16 de Mayo de 1954 murió Werner Bischof, uno de los más grandes fotógrafos de la historia, al despeñarse el jeep en el que viajaba por un acantilado en la zona de Peña de Aguila, en los Andes Peruanos.

Dominador de todas las facetas fotográficas imaginables (gran formato 4x5 (10 x 12 cm) en estudio, formato medio 6 x 6 cm y 35 mm, consumado maestro de la iluminación, dotado de gran maestría técnica, un estilo muy singular con fabuloso sentido de la composición, timing muy preciso para la captación de momentos relevantes, y concepción existencial de la creación de imágenes como medio de reflexión sobre temas importantes), la obra de este monstruo de la fotografía que sinergizó a la perfección sus excepcionales cualidades artísticas con su gran potencial para el fotoperiodismo (llegando a ser una de las más eminentes figuras de la revista Life y la Agencia Magnum desde finales de los años cuarenta hasta su temprana muerte en 1954), sigue muy viva.

Marco Bischof, hijo mayor de Werner Bischof, 59 años después. Tenía 4 años de edad cuando murió su padre, uno de los mayores talentos en toda la Historia de la Fotografía y hombre de gran humanidad y sensibilidad, cuyas exquisitas fotografías continúan suscitando el máximo interés en todas las exhibiciones fotográficas que albergan imágenes creadas por él, algunas de ellas ciertamente míticas, como las correspondientes a su famoso reportaje sobre la Hambruna en Bihar (India) en 1951, considerado una de las cimas diacrónicas del fotoperiodismo mundial. Desde 1986, año del fallecimiento de su madre Rosellina Bischof (administradora de los archivos fotográficos de su esposo Werner Bischof y de la Oficina de la Agencia Magnum en Zurich), Marco Bischof ha sido el factor decisivo y gran motor impulsor en potenciar el conocimiento sobre la obra de su padre, dirigiendo personalmente exhibiciones con sus fotografías por todo el mundo, realizando un trabajo ímprobo de clasificación de imágenes, copias de época, cartas, diarios, entrevistas con amigos de Werner Bischof en distintos países, etc.

Werner Bischof Vintage Prints, una de las más alucinantes exhibiciones fotográficas de todos los tiempos, preparada y dirigida con gran esfuerzo y esmero por Werner Bischof durante varios años y que tuvo como sede la Leica Gallery de Nueva York entre el 9 de Mayo y el 15 de Abril de 1999. Los asistentes a este inolvidable evento pudieron admirar de cerca el inmenso don para la fotografía, la soberbia técnica y sublimes composiciones de este Mago del Formato Medio 6 x 6 cm en Blanco y Negro, imbuido además de gran compromiso fotoperiodístico. Ni que decir tiene que las copias vintage mostradas fueron una auténtica delicia y dieron fe de la sutileza, elegancia y magistral versatilidad del fotógrafo suizo..  

De modo asombroso, casi 60 años después de su muerte, la obra fotográfica de Werner Bischof continúa generando un enorme interés por todo el mundo y las exhibiciones que incluyen fotografías hechas por él producen intensos niveles de expectación y asistencia masiva de público una y otra vez. 

COMIENZOS DE UNA PROMETEDORA CARRERA
La década de los años treinta supone a efectos prácticos la inmersión de Werner Bischof en el ámbito de la fotografía, ya que inicialmente su vocación era la de la pintura, habiéndose revelado ya como un muy buen dibujante desde su infancia.

Pero su inscripción en la Escuela de Artes Aplicadas de Zurich en 1932 asistiendo al curso de fotografía impartido por Hans Finsler significa un punto de inflexión a partir del cual decide evolucionar profesionalmente en este ámbito.

Durante 1933 y 1934, Werner Bischof se entrega en cuerpo y alma a la fotografía, convirtiéndose en el mejor alumno de la Escuela de Artes Aplicadas de Zurich, siendo respaldado por Alfred Willimann (su profesor de diseño gráfico) y el propio Finsler (su maestro de fotografía) que le siguen muy de cerca, conscientes de que el joven Bischof que cuenta a la sazón 18 años de edad, posee grandes dotes para las artes en general y la fotografía en particular, realizando además fotografías botánicas destacables como “Diente de León” con cámara de gran formato en estudio.

La sed por adquirir conocimientos del joven prodigio no tiene límites, y durante 1935, Bischof aprende una amplia variedad de técnicas fotográficas con las que experimenta sin cesar, asombrando a sus profesores y exhibiendo una inagotable creatividad y originalidad, con obras como “Vid” (con prodigiosa iluminación de planta sobre fondo oscuro, captando con precisión sus texturas), “Oruga sobre Hoja”, “Fotograma”, y otras.

Igualmente, se convierte en un consumado experto en iluminación, obtiene su Diplomatura en la Escuela de Artes Aplicadas en 1936 y pocos meses después abre en Zurich un estudio de fotografía y publicidad, realizando abundante fotografía publicitaria para diversas marcas del entorno comercial así como para empresas del sector de moda, con notable éxito.

También durante este año prosigue con sus técnicas experimentales en fotografía de estudio gran formato 4 x 5, con obras como “Caracoles Que Flotan” , “Voluta Tallada de Violín” y otras.

"Caracoles que Flotan". 1936. Una de las muchas fotografías experimentales realizadas por Werner Bischof durante la segunda mitad de los años treinta y primera mitad de los cuarenta. Esta es una fotografía significativa, en la que Werner Bischof se anticipa conceptualmente en unos veinte años a aspectos planteados por Salvador Dalí en 1956 con su obra " Naturaleza Muerta Viviente " (cuyo nivel de detalle es asombroso y sobre todo, cada uno de los elementos que aparecen parece tener vida propia). De este modo, entes cotidianos como caracoles y conchas se convierten en esta imagen en el núcleo de la visión de Werner Bischof del movimiento como fuerza. Ello confirma que Bischof era un artista todoterreno de altísimo nivel, no sólo un gran fotógrafo desde el punto de vista de las composiciones dinámicas, la narración de historias y el discernimiento en la creación de imágenes, sino también un maestro de la técnica con muy sólidos conocimientos científicos, notable dominio de la iluminación y capaz de conseguir soberbios niveles de nitidez, detalle y gradación tonal. © Werner Bischof / Magnum Photos

Y aunque Bischof prosigue su carrera ya como reconocido fotógrafo publicitario y de moda, las Bellas Artes continúan desatando en él una incontenible pasión, y tres años más tarde, en 1939, viaja a París con la intención de abrir un estudio de pintura, pero el comienzo de la Segunda Guerra Mundial le obliga a regresar a Suiza y proseguir su actividad profesional fotográfica en su estudio original, donde continúa realizando fotografía publicitaria para marcas importantes como Guerlain y su perfume Mitsuko en 1941.

Durante la guerra, Bischof realiza dos años de servicio militar en Suiza. Sigue siendo un profesional reconocido y gana dinero, pero se halla en un momento de transición vocacional y conceptual, por lo que se refugia en su estudio y dedica cientos y cientos de horas a profundizar en el dominio de la iluminación, experimentando sin cesar ( a esta época corresponden obras como “Bella Durmiente en Zurich”, “Mercurio”, “Desnudo (Cebra)”, “Chica Sordomuda” y otras, hasta Septiembre de 1945.

            "Mercurio". 1941. Otra imagen muy interesante que muestra el momento de inflexión que estaba viviendo Werner Bischof a principios de los años cuarenta, una fase de transición simbolizada por el movimiento de estas ondas de mercurio. Su vocación más fuerte sigue siendo la pintura, pero se ha convertido en un afamado fotógrafo profesional de estudio que domina todas y cada una de las fases en la producción de imágenes, en fotografía de retrato, comercial y de moda. Además, es ya por sí mismo una potencia artística avant-garde (reforzada por sus contactos con destacados profesionales del diseño gráfico y brillantes artistas como Max Huber, Emil Schultness, Max Bill, Hans Neuburg, Josef Muller-Brockmann, Achille Castiglioni, Carlo Vivarelli, Albe Steiner y otros) y su producción está muy influenciada por la fotografía, la pintura y otros medios gráficos. © Werner Bischof / Magnum Photos

Alumna de la Escuela Mimi Scheiblauer para Niños Sordomudos en Zurich. © Werner Bischof / Magnum Photos

ECLOSIÓN DE SU VOCACIÓN FOTOPERIODÍSTICA LATENTE
Pero en Septiembre de 1945, Werner Bischof, tras séis años de estancia ininterrumpida en Suiza, decide viajar en bicicleta a través del sur de Alemania, equipado con una Rolleiflex Automat de formato medio 6 x 6 cm y abundante película.

Lo que se encuentra es terrible, devastador. Un país completamente destruido por la guerra, la población hambrienta y buscando comida en vertederos y entre los escombros, niños jugando inocentemente en barrios deshechos por los bombardeos, caballos famélicos que vagan a su libre albedrío, gente que ha perdido sus casas durmiendo en la calle sobre improvisados cochones, etc.

Dos niñas jugando dentro de una iglesia destruida por la guerra. Friedrichshafen (Alemania). 1945. La precisión en el timing al presionar el botón liberador del obturador Compur-Rapid de su Rolleiflex Automat Model 2 Type K4B de formato medio 6 x 6 cm es asombrosa, captando espléndidamente el movimiento de ambas muchachas. La chica más próxima a la cámara tiene la pierna derecha adelantada, con el pie derecho a punto de tocar el suelo y el brazo izquierdo se halla avanzando bien separado del cuerpo, mientras que la chica más joven de la izquierda tiene la pierna izquierda adelantada con el pie a punto de tocar el suelo y su brazo derecho adelantado ligeramente cruzado sobre el vientre. A diferencia de la chica de mayor edad que va pisando los rombos mientras camina, la chica más pequeña es captada justo sobre el espacio blanco de separación entre las dos filas con rombos a través de las cuales avanza, de tal manera que el fotógrafo consigue que el observador adquiera la convicción de que la niña está flotando en el aire, incluso en grandes ampliaciones. Los conocimientos geométricos y maestría compositiva de Bischof son impresionantes, enmarcando sabiamente a ambas niñas con los arcos de fondo y logrando concentrar en ellas la atención mediante una zona ligeramente desenfocada próxima a la cámara que progresivamente va aumentando su nitidez hasta llegar a ambas niñas, perfectamente enfocadas y preservar también la suficiente profundidad de campo con respecto a las estructuras arquitectónicas visibles al fondo y el altar situado en el centro justo tras ellas. © Werner Bischof /Magnum Photos

Un hombre mirando la ciudad en ruinas. Frankfurt (Alemania). 1946. © Werner Bischof / Magnum Photos

Un hombre caminando a través de la ciudad destruida buscando comida en Freiburg im Breisgau (Alemania). 1945. © Werner Bischof / Magnum Photos

Es un contexto obviamente presidido por la miseria y la incertidumbre de personas que están padeciendo mil y una penalidades que Bischof se esfuerza por documentar.

Pero simultáneamente, siente que su presencia fotografiando este tipo de situaciones es necesaria. Comienza a tomar conciencia de que además de su talla como fotógrafo, en este tipo de reportajes es necesario tener compromiso y sentir cierta empatía hacia las personas fotografiadas, con las que se creará un vínculo.

Poco después, sus fotografías causan admiración en la sede de la prestigiosa revista ilustrada suiza de muy alta calidad Du (que contaba ya con fotógrafos de la talla de Peter W. Häberlin,  René Groebli y Otto Pfenniger) con sede en Zurich, y en Noviembre de 1945 viaja en coche como fotorreportero de dicha publicación con Emil Schulthess (Director de Arte y Editor Gráfico de Du entre 1941 y 1957 ) a través de Francia y Holanda, también devastadas por la guerra.

Parados franceses buscando trabajo en la estación de tren de Rouen (Francia). 1945 © Werner Bischof / Magnum Photos

Al regresar a las oficinas de Du, una vez más, sus imágenes causan sensación y se decide elaborar un número especial titulado “Europa en Reconstrucción” con fotos de Werner Bischof, incluyendo la portada con una fotografía en color de un chico holandés cuyo rostro totalmente deformado por pequeños impactos de metralla, muestra las consecuencias de la guerra.

A comienzos de 1946, por mediación de Alfred Kluber (Director de Du) Werner Bischof conoce a otro genio de la fotografía: el austriaco Ernst Haas, cinco años más joven que él y que con el tiempo se convertirá en el mayor experto en fotografía de color del mundo. Surge entre ellos una enorme y sincera amistad. 

En Mayo de 1946, Bischof decide volver a Alemania y realizar un periplo integral en bicicleta por todo el país, haciendo nuevas fotografías extraordinarias de las secuelas bélicas en la población civil alemana, que son publicadas en Heute.

Durante el verano de 1946, visita Italia, país igualmente asolado por la Segunda Guerra Mundial. Bischof queda cautivado por sus bellos paisajes, pero documenta sobre todo el sufrimiento de sus gentes, con imágenes que por enésima vez muestran edificios destruidos por doquier, marchando en otoño de dicho año a Grecia, donde permanecerá hasta Marzo de 1947.

CONSOLIDACIÓN EN DU Y LIFE
A mediados de 1947, las fotografías de Werner Bischof gozan ya de abundante predicamento en el sector fotoperiodístico europeo, sobre todo en Du y Heute, hasta que la prestigiosa revista ilustrada Life entra en escena y contrata también los servicios de Werner Bischof para que realice reportajes sobre asentamientos de niños víctimas de la guerra en países de Europa del Este.

A esta época pertenecen algunas de sus más conocidas imágenes, como las de niños huérfanos que salen en tren desde Budapest para ir a Suiza, y a los que fotografía en el interior de los vagones (muchos de ellos con la mirada perdida o llorando) a través de las ventanas,  

                             © Werner Bischof / Magnum Photos
         
                        © Werner Bischof / Magnum Photos

y las realizadas en Polonia en 1948

     Calle de Varsovia (1948). © Werner Bischof / Magnum Photos

Pareja esculpida. Varsovia. 1948. © Werner Bischof / Magnum Photos

Niño huérfano junto a una mesa en Varsovia (Polonia).1948. El profundo conocimiento del uso selectivo de la reducción de la profundidad de campo disparando a diafragma abierto así como el magistral aprovechamiento de la luz natural, unidos a la captación por sorpresa del muchacho ensimismado y que no está mirando a la cámara, revelan el inmenso talento de un auténtico genio. © Werner Bischof / Magnum Photos

MIEMBRO DE MAGNUM
Principios de 1949. Han transcurrido dos años desde la fundación de la Agencia Magnum por Robert Capa, David Seymour “Chim”, Henri Cartier-Bresson, Maria Eisner, George Rodger, William Vandivert y Rita Vandivert.

Robert Capa, principal artífice de su génesis, se halla en la sede neoyorquina de Magnum ubicada en el sótano del brownstone de 17 East Sixty-fourth Street, cerca de la Galería Wildenstein (posteriormente cambiaría a 15 West 47th Street).

Lleva ya varios meses en comunicación con Maria Eisner (directora de la oficina parisina de Magnum en 125 rue du Faubourg Saint-Honoré, que en pocos meses contraerá matrimonio y fijará definitivamente su residencia en Nueva York), que desde hace tiempo le habla maravillas de un fotógrafo suizo muy joven con inmenso talento y gran proyección de futuro.

Maria Eisner, una de las mejores editoras gráficas del mundo en esos momentos (fue discípula de Simon Guttmann), posee además una gran experiencia como agente comercial de fotógrafos desde 1933, año en que inició su actividad como representante de Simon Guttmann en París, que prosiguió tras la creación de Anglo-Continental Press-Photo Service a mediados de 1934 -y que duraría unos pocos meses-, tras lo cual fundó Alliance Photo, que se consolidó definitivamente durante la segunda mitad de los años treinta y distribuyó la producción fotográfica entre otros de David Seymour “Chim”, Henri Cartier-Bresson y Robert Capa.

Dos años antes, Capa (Presidente de Magnum) había nombrado a Marie-Jeanne Eisner Secretaria y Tesorera de Magnum.

Durante estos dos años, Maria Eisner se ha reunido varias veces con Warren Trabant (editor de la revista ilustrada Heute con sede en Munich y financiación norteamericana) desde que éste publicara en 1947 el extraordinario reportaje de Werner Bischof sobre prisioneros de guerra austriacos regresando a Viena en 1947.

Maria Eisner, infatigable y al mando de todas las operaciones de Magnum en Europa, ha tenido también varias reuniones en Viena con Inge Morath (corresponsal de Heute en la capital austríaca) durante 1948 en las que han hablado del fenómeno helvético.

Ambas coinciden: no hay otro igual.

El genio suizo es un fotógrafo excepcional, que posee tremendos conocimientos técnicos y experiencia para su juventud (sólo tiene 32 años), siendo capaz de hacer espléndidas fotografías, tanto en estudio (ámbito en el que obtiene soberbios resultados gracias a su dominio de la iluminación, el control sobre la profundidad de campo, etc) como de personas en reportajes en exteriores, donde mediante su gran sensibilidad humanística, intuición, precisión en el timing, gran discernimiento para captar los momentos más representativos y pasión por su oficio, también crea imágenes muy potentes y significativas una y otra vez, cuidando hasta los últimos detalles, incluso en los contextos más extremos, ya que es un gran perfeccionista.

Pero María Eisner, profesional de gran versatilidad y capacidad de trabajo, que adquirió de Simon Guttmann el olfato poco menos que infalible para detectar a los grandes fotógrafos de verdad, percibe claramente el inefable potencial fotoperiodístico de Bischof, que ha realizado ya además algunos excelentes reportajes para las revistas Du Life 

Así pues, Eisner envía a Capa (Presidente de Magnum) desde la sede de Magnum en París a principios de 1949 a la oficina de Magnum en Nueva York un porfolio con  una selección de fotografías del portento suizo.

Capa tiene ahora sobre la mesa dicho porfolio, en cuya portada se lee:


Comienza a ver las fotografías y queda asombrado. 

Ante sus ojos desfilan unas imágenes de primerísimo nivel, con insólita variedad temática: zapadores rusos reparando un puente en Viena; una mujer entre las ruinas de Montecassino en Italia; unos niños alemanes jugando haciendo corro en una calle de Friburgo con un barrio destruido por las bombas visible al fondo; el Muelle de Littmatt desde el Grossmunster en Zurich; parados franceses buscando trabajo en la estación de tren de Rouen; una fotografía de estudio en la que aparecen caracoles y conchas flotando realzados con magistral iluminación; niños con un papel colgado del cuello a bordo de un tren de la Cruz Roja que les lleva desde Budapest a Suiza; un mendigo harapiento, descalzo y con los pies sucios durmiendo sobre un banco en una calle de Bonn; un hombre totalmente vestido de negro, con botas, sombrero y una cesta en su mano izquierda captado de espaldas y caminando entre las vías de un tranvía de Friburgo (Baden-Würtemberg) fuera de servicio buscando algo para poder comer entre la devastación que le rodea; un chico sentado junto a una mesa leyendo un libro iluminado únicamente con la luz de una vela; un hombre metido en un río de aguas poco profundas y tirando de un bote de remos con una cadena; soldados de plomo que avanzan mientras al fondo se desarrolla un incendio; el lecho del río Vístula en una maravillosa foto apaisada; granjeros húngaros bebiendo vino; un niño húngaro llorando captado por sorpresa prácticamente a bocajarro, etc.

El Presidente de Magnum constata la enorme valía de Werner Bischof y rápidamente llama por teléfono a Henri Cartier-Bresson, Chim y George Rodgers, que deciden por unanimidad aceptarle como fotógrafo de Magnum.

Pocos meses después, en Julio de 1949, con Maria Eisner ya residente en Nueva York, Werner Bischof es nombrado oficialmente Miembro de la Agencia Magnum.

1949-1954, AÑOS DE GLORIA Y CELEBRIDAD  INTERNACIONAL
Tras ser elegido como nuevo miembro de Magnum en 1949, Werner Bischof se entrega en cuerpo y alma a la fotografía y mantiene frecuentes reuniones con Robert Capa, David Seymour “ Chim”, Henri Cartier-Bresson y Ernst Haas, con los que mantiene una estrecha relación.

Robert Capa se convierte en su gran mentor y sobre todo surge entre ellos una gran amistad que durará hasta la muerte de ambos en Mayo de 1954.

Marco Bischof posando junto a una copia vintage de la mítica fotografía Monjes Sintoistas Caminando Bajo Una Nevada Junto al Templo Meiji en Tokio (Japón), captada por su padre Werner Bischof en 1951. Entre sus manos sostiene el libro Magnum´s First, abierto en su página 117, que muestra una de las fotografías hechas a la Bailarina Anjali Hora en Bombay, también en 1951.

Este es el período en el que Werner Bischof alcanza su máximo nivel fotoperiodístico, convirtiéndose en uno de los referentes internacionales de la fotografía, realizando distintos reportajes para el Proyecto Generación X, desarrollado por Magnum durante los años cincuenta y que consistía en que cada fotógrafo tenía que captar en los países que visitaba a personas de las nuevas generaciones que serían el futuro. 

Entre su producción de primera mitrad de los años cincuenta (desde 1950 hasta 1954, año de su fallecimiento en accidente) destacan:

a) Reportajes en Italia y Gran Bretaña en 1950

Muchacho en Verona (Italia). 1950. © Werner Bischof / Magnum Photos

Chica joven en Cerdeña (Italia). 1950. © Werner Bischof / Magnum Photos

Dos campesinos en Cerdeña (Italia). 1950. © Werner Bischof / Magnum Photos

Pingüinos del zoo de Edimburgo (Escocia) realizando su paseo semanal para atraer visitantes. 1950. © Werner Bischof / Magnum Photos

Vista del Támesis desde la Abadía de Westminster en Londres. © Werner Bischof / Magnum Photos

b) Reportaje en la India durante cinco meses, entre Febrero y Junio de 1951, siendo de especial relevancia:

- Fotografías de una bailarina de templo, del rico comerciante Ushakant Ladiwala en Bombay, así como de una acería en Jamshedpur y el Observatorio de Jaipur en Rajasthan. 

Copia vintage de La Bailarina Anjai Hora, fotografía realizada por Werner Bischof en Bombay (India) en 1951. Maravillosas las texturas y pliegues captados en la ropa de la mujer, con luces y sombras mostradas en todo su esplendor. Se trata de un momento mágico del que Bischof es testigo. La danzarina se halla inclinada hacia adelante rezando o en actitud introspectiva y perpendicular a una cama sobre la que se apoya. Su tocado y peine descansan sobre la sábana que muestra toda la gama imaginable de blancos sin llegar nunca a quemar las altas luces. Los negros tanto de la parte superior de la larga cabellera como de las zonas del ropaje en sombra son tremendamente ricos y profundos, destacando también el realismo de los soportes de hierro forjado a ambos lados, con sus barras desgastadas y ornamentos repujados. Bischof mostró durante toda su trayectoria profesional ser un consumado maestro del formato medio, y en esta imagen aprovecha la simbiosis entre el negativo de blanco y negro 6 x 6 cm (400% más grande que el formato 35 mm) de su Rolleiflex Automat X Model K4 / 50 y su objetivo Zeiss Tessar 75 mm f/3.5 para lograr una bellísima fotografía, cimentada en un uso muy sabio de la luz natural y de la composición.

Gente durmiendo en las calles mientras el rico vendedor Ushakant Ladiwala pasa caminando junto a ellos. Bischof fue constantemente testigo en la India de las enormes desigualdades sociales imperantes y la obscena cotidianeidad de las mismas, hasta tal punto que en sólo cuestión de varios metros podía contemplarse la mayor opulencia o la más extrema miseria, algo contra lo que el gran fotógrafo suizo siempre se rebeló usando su cámara como arma y mostrando su profunda indignación. © Werner Bischof / Magnum Photos

Trabajadora en una acería de Jamshedpur (India). 1951. Werner Bischof fue uno de los pioneros en captar con su cámara los riesgos para los trabajadores del desarrollo industrial desaforado en el que todo vale con tal de obtener beneficios, y los peligros para la salud que tal dinámica depredadora de los recursos naturales entraña para los seres humanos: polución masiva, inhalación de vapores venenosos, riesgos de accidentes, etc, así como la sobreexplotación laboral de las personas en contextos de máxima necesidad, obligándolas a trabajar a destajo en horarios de entre 12 y 16 horas diarias para poder subsistir. © Werner Bischof /Magnum Photos

Observatorio de Jaipur, Rajasthan (India). © Werner Bischof / Magnum Photos

- Ensayo fotográfico sobre la Hambruna en la Región de Bihar (India) en 1951, publicado por Life y que le lanza a la fama internacional, siendo reconocido como uno de los mejores fotógrafos del mundo.

Madre hambrienta con su hijo padeciendo Kwashiorkor. Provincia de Bihar (India). 1951. Fotografías como ésta revelan la capacidad de Werner Bischof para crear imágenes icónicas incluso en las circunstancias más extremas, así como su empeño por documentar situaciones ciertamente vergonzosas e indecentes a más no poder, en un mundo en el que una parte de la población moría entonces y sigue muriendo hoy en día por falta de alimentos y otra por el exceso de ingesta de los mismos. © Werner Bischof / Magnum Photos

Una de las fotografías de Werner Bischof correspondientes a su serie sobre La Hambruna en Bihar (India) en 1951. © Werner Bischof / Magnum Photos

c) Reportaje en Japón, donde permanece durante diez meses, entre Junio de 1951 y Mayo de 1952. Bischof realiza en este país algunas de las más aclamadas fotografías de su carrera, como la maravillosa imagen de los monjes sintoístas caminando junto al templo Meiji de Tokio en mitad de una nevada.

Copia vintage de la mítica fotografía " Monjes Sintoístas caminando bajo una nevada junto al Templo Meiji en Tokio (Japón) ", realizada por Werner Bischof en 1951. El fotógrafo crea una especie de paisaje viviente caracterizado por su incomparable precisión formal compositiva, utilizando magistralmente la luz natural, obteniendo múltiples detalles y delicadísimas transiciones y matices de escala de grises y explotando al máximo las capacidades del formato medio cuadrado. Blancos muy puros en la nieve del suelo, techo del templo y copas de los árboles. 

"Clase en el colegio" . Kyoto (Japón). 1951. © Werner Bischof / Magnum Photos

d) Reportaje durante tres cortos viajes a la Guerra de Corea en Julio de 1951, Enero de 1952 y Marzo de 1952, en los que Bischof documenta los efectos de este conflicto bélico sobre la población civil, especialmente los niños, así como a personas pertenecientes a la misma familia y que quedaron separadas tras la división de ambas Koreas por el Paralelo 38 una vez acabada la guerra.

Muchachos coreanos pobres en una calle de Busan (Corea del Sur). 1952. © Werner Bischof / Magnum Photos

Jovencísimo soldado recogiendo sus platos con comida en el campo de internamiento de la isla de Koje Do para prisioneros norcoreanos. 1952. © Werner Bischof / Magnum Photos

e) Ensayo fotográfico en Hong-Kong, donde hace fotografías en Mayo y Junio de 1952 como parte de un libro fotográfico sobre Asia que tiene in mente.

" Puerto de Kowloon (Hong Kong) ". 1952. Werner Bischof / Magnum Photos 

"Niño refugiado chino dormido transportado sobre la espalda de su Madre". Hong-Kong. 1952

f) Reportaje en Indochina durante cinco meses, entre Junio y Octubre de 1952, enviado como fotógrafo de guerra en plena lucha entre tropas francesas y el Viet Minh, aunque Bischof siente mucho mayor interés por documentar a la población civil y las consecuencias que la guerra tiene sobre ellos.

Copia vintage de "Labrador protegiéndose del sol mediante un exótico protector fabricado por él mismo, junto a dos vacas", fotografía realizada por Werner Bischof en Camboya (Indochina). 1952. La calidad de esta copia de época hecha en 1955 es excelente, con muy fina gradación high key y low key desde los blancos más extremos de la zona central del fotograma hasta los negros más profundos del campesino en sombra, sin olvidar la ausencia de profundidad de campo de la hierba en primer término en el borde inferior del negativo de blanco y negro. Soberbio el trabajo artesanal por parte del printista con los encuadres y reservas hasta dejar la copia en papel fotográfico de blanco y negro en su punto óptimo de interpretación del momento. Además, el ángulo muy bajo de toma por parte de Bischof, confiere a la imagen un impacto y originalidad palpables.

Muchacho en Angkor (Camboya). 1951. © Werner Bischof / Magnum Photos

g) Exhibición fotográfica “Gente de Extremo Oriente”, organizada por Werner Bischof en Zurich en 1953, al tiempo que la revista Du lanza un número especial con idéntico título y fotos del gran fotógrafo suizo.

h) Reportaje fotográfico en México, Panamá, Chile y Perú durante 1954.
Ciudad de México. 1954. © Werner Bischof / Magnum Photos

Copia vintage de "Pueblo cerca de Machu Picchu", fotografía realizada por Werner Bischof en Perú en 1954. Aparecen dos campesinas peruanas y una llama, fotografiados de espaldas y dirigiéndose hacia una aldea, cuyas casas visibles al fondo y levemente desenfocadas, constituyen una composición espléndida, realzada por los techos de paja.

Copia vintage de la famosa fotografía " De Camino a Cuzco", realizada por Werner Bischof en Perú en 1954. Otro icono fotográfico atemporal en el que destacan el excelente nivel de detalle en la vestimenta indígena del muchacho y su sombrero típico, así como la textura intrincada del saco que lleva a su espalda, la sensación de volumen de su mano derecha, la musculatura fibrosa de sus pantorrillas, el suave bokeh en la zona montañosa que se aprecia al fondo y sobre todo una milenaria sinergia entre hombre y naturaleza que Werner Bischof constató que se hallaba en gran peligro.

Especialmente relevante es su trabajo realizado en Perú, ciertamente excepcional y donde capta con gran maestría, sensibilidad y discernimiento la ancestral cultura y costumbres de sus habitantes, fiestas populares y sus paisajes y viviendas, conviviendo con ellos, logrando una gran empatía e interesándose por su día a día, presidido las más veces por muy duras condiciones de trabajo.

Por otra parte, aunque desde un punto de vista porcentual la mayor parte de fotografías fotoperiodísticas que realizaó durante su carrera profesional fueron hechas con cámara Rolleiflex de formato medio 6 x 6 cm, de la que fue un consumado especialista, también utilizó una Leica IIIc de 35 mm con objetivo Leitz Elmar 5 cm f/3.5 con la que hizo igualmente grandes fotografías, apareciendo porfolios suyos hechos con dicha cámara y objetivo en 1954 y 1955 nada menos que en dos números distintos de la prestigiosa revista Leica Fotografie ( 5/1954 Master of the Leica: Werner Bischof y 3/1955 Werner Bischof y su libro Japón) que era en aquellos momentos el referente mundial cualitativo en su ámbito junto con la legendaria Camera (notablemente potenciada desde mediados de los años cincuenta por Walter Läubli, Hans Neuber, Imre Reiner y Romeo Martínez) y en 


LFI Leica Fotografie International (5/2012 Generation X, Tokyo 1951). 


© Texto y Fotos Indicadas: José Manuel Serrano Esparza